Aprendimos que de acuerdo a la Ley de la Torá, una mujer se convierte en nidá solamente si tiene una hargashá (sensación) que acompañe su sangramiento. Pero los rabinos decretaron que un flujo de sangre, incluso si no es acompañado por ninguna sensación, convierte a la mujer en nidá.
Aún en los casos en los que no hay flujo de sangre, los rabinos decretaron que una mujer se convierte en nidá si encuentra una mancha de sangre (ketem) en su ropa, sábanas, etc. Sin embargo, incluyeron una kulá (un cierto tipo de permiso) como parte integral de este decreto: ella se convierte nidá sólo si la mancha reúne ciertas condiciones (que serán enumeradas a continuación). Este permiso se aplica solamente cuando no existe la posibilidad de que se convierta en nidá por la ley de la Torá. Por esta razón, no se aplica si la mancha estuvo acompañada de una hargashá.
Condiciones para las manchas
1) El tamaño de la mancha
Las manchas muy pequeñas no te convierten en nidá. Dichas manchas pueden ser debido a factores externos, que son muy comunes, y una mujer podría fácilmente estar en un estado de nidá perpetuo. Por esta razón, los rabinos decretaron que solamente una mancha más grande que un gris puede convertir a una mujer en nidá. Un gris es un círculo de 19 milimetros de diámetro, aproximadamente el área de un dime de Estados Unidos o un shekel israelí. Por supuesto, las manchas reales no suelen ser círculos perfectos, y una macha de cualquier forma cuya área es de por lo menos 2,83 centímetros cuadrados te convertiría en nidá.
Si encuentres varias manchas pequeñas en tu ropa u otros objetos, se deberá medir cada mancha por separado. Si cada una es menor a un gris, incluso si juntas su área es mayor, no estás nidá. Pero si encuentras pequeñas manchas en tu cuerpo, te convertirán en nidá si su área combinada tiene una superficie mayor a un gris. Si la mancha es difícil de medir, o está muy cerca de un gris, deberás llevársela a un rabino para que la revise. (Para mayor información de como hacer preguntas halájicas oprime aquí).
2) El color de la superficie sobre la cual se encontró la mancha.
Una mancha que se encontró en una superficie de colores no te convierte en nidá. Por esta razón, es una buena idea usar ropa interior de colores y dormir con sábanas de colores para evitar el problema de las manchas. Esto no es hacer trampa – de hecho, es muy recomendable por las autoridades halájicas. (La excepción es en los siete días limpios en los cuales debes usar ropa interior blanca).
Esto se aplica a ropa de cualquier color (excepto blanco pálido y beige claro, los cuales se consideran como gamas del blanco). Puedes usar ropa interior de colores oscuros o negra, sobre las cuales las manchas son casi invisibles. O puedes optar por colores claros que te permitan ver las manchas, para estar atenta a cualquier tipo de sangramiento sin convertirte en nidá. Lo ideal es evitar las telas estampadas que incluyen blanco, ya que cualquier mancha en las partes blancas podría convertirte en nidá. También podrías querer evitar usar pantys de color blanca o una enagua/fondo blanco, ya que las manchas que atraviesan tu ropa interior sobre una prenda de vestir blanca te pueden convertir en nidá.
3) El tipo de superficie sobre la cual se halló la mancha
Hemos visto que la Torá asocia las leyes de nidá con las leyes de impureza ritual (tumá). De acuerdo a esto, los rabinos decidieron que una mancha te convierte nidá solamente si la superficie en la que se halló es susceptible a la impureza ritual.
Las leyes de impureza ritual son muy complejas y en muchas ocasiones tan sólo un rabino puede determinar si una superficie es susceptible o no. Algunas superficies sobre las que las manchas son generalmente halladas, como los asientos de plástico de los inodoros, definitivamente no son susceptibles.
4) La ubicación de la mancha
Solamente las manchas que se hallan en lugares en los cuales podrían venir del útero pueden convertirte en nidá. Esto incluye las manchas que se encuentren en las partes bajas del cuerpo y en tus manos. Las manchas que se encuentran en otras partes – como en la parte superior del cuerpo – no tienen relevancia, a menos que hayas estado haciendo la vertical y otro tipo de acrobacia.
5) Una mancha atribuible a otras causas
Si la mancha podría venir razonablemente de otra fuente, no te convierte en nidá. Por ejemplo:
- Si tienes una herida en cualquier parte de tu cuerpo, a la cual se le podría atribuir razonablemente la sangre.
- Si estuviste trabajando con sangre (por ejemplo, haciendo muestras de sangre en un laboratorio, suturando una herida, o limpiando pollos), o con alguna otra substancia roja (por ejemplo, pintura, lápiz labial, frambuesas, etc.).
- Si le puedes atribuir la sangre que encontraste a alguna otra cosa, por ejemplo, si tomaste a un niño con sangramiento de nariz.
Si no estás segura si la sangre se le puede atribuir a una fuente externa, deberás consultarle a un rabino. De acuerdo al psak ashkenazí, las reglas para atribuirle la mancha a una causa externa son más estrictas durante los primeros tres días de los siete días limpios que en otros momentos.
6) El color de la mancha
Una mancha es halájicamente relevante sólo si el color es como el de la sangre. Las manchas de color rojo vivo son claramente problemáticas; mientras que las de color amarillo o verde generalmente no lo son. Las manchas de color rojizo, rosado, marrón, oro, naranja o negro se le deben mostrar a un rabino.
Tal vez nunca has experimentado manchas entre períodos. Pero aún así es muy importante revisar esta información y tomar las precauciones necesarias, ya que muchas mujeres desarrollan manchas en cierta etapa de sus vidas de casadas. Una puede presentar manchas durante el embarazo, post-parto, amamantando o mientras tomas anticonceptivos o te colocaron un DIU, durante los años anteriores a la menopausia, como resultado de ciertas condiciones médicas, o en cualquier momento sin ninguna razón aparente.
Además de tomar las precauciones halájicas apropiadas, deberás conversar sobre cualquier tipo de sangramiento vaginal sin explicaciones con tu doctor, especialmente si esto se torna frecuente.
No te sientas culpable cuando tienes manchas que no te convierten en nidá
Hemos aprendido que una mancha más pequeña que un gris, o en una prenda de ropa interior de color, no te convierten en nidá. Sin embargo, muchas mujeres se niegan a ignorar estas manchas. Sienten que están “engañando” por basarse en ropa interior de color o en el tamaño de las manchas cuando es obvio que están experimentando un goteo ligero.
Es importante recordar que, de acuerdo a la Ley de la Torá las manchas por sí mismas no te convierten de ninguna manera en nidá. Los rabinos decretaron que una mujer se convierte en nidá, incluso si encontró una mancha – pero ellos explícitamente exceptuaron aquellas manchas que son más pequeñas que un gris o que estén en una superficie de color del decreto original. Por lo tanto, es completamente legítimo ignorar aquellas manchas que no se ajustan al criterio de un ketem.
¿Flujo o mancha?
Recuerda: estas excepciones no se aplican cuando hay un flujo continuo de sangre o cuando sentiste una hargashá. En tales situaciones estás nidá aún si estás usando ropa interior o protectores negros o si no miras al papel higiénico.
¿Cuál es la diferencia entre las “manchas” y el flujo continúo? No hay una demarcación halájica claramente definida entre ambas cosas. En la práctica, a menudo es relativamente fácil de distinguir. Si no necesitas una toallita, o estás usando una sólo para proteger tu ropa interior de manchas, probablemente sea sólo una mancha. Si el sangramiento es tan fuerte que te sentirías incómoda sin una toalla higiénica, probablemente sea flujo. Si ves sangre saliendo de tu cuerpo, es un flujo. Si no estás segura si tu sangramiento es lo suficientemente fuerte como para considerarlo un flujo, debes hacer una pregunta halájca específica. Hasta que no hayas clarificado tu status, es importante que te comportes como si estuvieras nidá, si bien no debes decir que estás definitivamente nidá.